Publicamos aquí un conjunto de relatos hecho por los alumnos de 1º de ESO, con motivo del día de Halloween. Que cada uno disfrute con su relato y con el de los demás. Luego, no se os olvide votar los dos relatos que más os gustan en la columna de la derecha.
1
Se produjo un fuerte golpe y el
suelo vibró como si un terremoto nos hubiera pasado por encima. Fue un sonido
hueco y pesado. Ocurrió en el piso de abajo y decidimos ir a investigar. Lo
primero que descubrimos fue una nube enorme de polvo a la que iluminaban los
tenues rayos de la luna que pasaban por las ventanas. Luego dos manchas rojas
flotaban en el aire y estaban una paralela a la otra…
Un gruñido que oímos a lo lejos se
convirtió en un montón de sonidos de puertas abriéndose y cerrándose en medio
del pasillo. Corrimos atemorizados y subimos las escaleras en estampida. Aunque
no oíamos pasos, sabíamos que teníamos algo o alguien a nuestras espaldas
persiguiéndonos. Nos metimos en una de las aulas a descansar y nos empezamos a
hacer preguntas sobre qué era lo que nos había asustado. Llegamos a imaginarnos
fantasmas de ojos rojos y otros seres de película. Los que estaban más cerca de
la puerta se estremecieron al oír unos ruidos vagos como los pasos de un
hombre, los cuales empezaron a acelerarse cuando la puerta estalló en llamas y
una figura las atravesó.
Salvamos distancias saltando a los
arbustos y amortiguamos bastante la caída. Después volvimos a huir con todas
nuestras fuerzas pero “Él” nos iba ganando metros por momentos. Nuestra única
forma de poder salir de ésta era volver a entrar en el edificio y escondernos
en algún sitio.
Elegimos la biblioteca porque allí
había mucho material para protegernos. Cerramos las puertas y las sellamos con
todo lo que pudimos: sillas, mesas, cables para atarlas…Cuando acabamos el arduo
trabajo de sobrevivir eran aproximadamente las tres de la mañana y nos
sorprendimos a nosotros mismos de lo bien que habíamos atrincherado la entrada.
Después, en calma por fin, algunos dormitaban y otros caían rendidos por el
cansancio y nerviosismo causado durante las últimas horas.
Creo que dormí unos veinte minutos
o así, y después me desperté sobresaltado. Había tenido una pesadilla.
Vagabundeaba recorriendo la sala sin saber qué hacer. Charlé un rato con mis
compañeros y descubrí que no era el único que había dormido mal. Justo en ese
momento una gran explosión envolvió el habitáculo y me empezaron a pitar los
oídos.
Me quedé inconsciente el resto de
la mañana y desperté sobre las ocho. Observé que todo estaba sorprendentemente
intacto, pero faltaba algo… Hasta que recuperé la consciencia totalmente no me
di cuenta de que lo único que faltaba eran ¡¡¡mis amigos!!!
Pasado un tiempo de aquella
horrible experiencia medité mucho y me dije que aquello no era posible. Justo
después de pensar eso, me levanté de la
cama el uno de noviembre, casualmente un día después de la noche de “Halloween”,
y vi que todo había sido un sueño horriblemente real.
Javier Pavón Muñoz
2
Hoy hablando
en clase sobre libros de misterio, a mi compañero Alejandro se le ha ocurrido
una idea:
Pasar la
noche en la biblioteca contando historias de miedo; todo el mundo estaba de
acuerdo, ya que esa noche era “Halloween”. Al llegar esta, nos reunimos todos
los niños y nuestra profesora Modes, esperando impacientes en la puerta del Colegio,
vestidos con nuestros disfraces de “Halloween”. Cada uno llevaba diferentes
trajes, unos iban de calabaza, otros de vampiros, de calaveras, de hombres-lobo,
de esqueleto, de brujas, y como no podía faltar, de Jack O´lantern, típico
disfraz de esta fiesta. Cuando las monjas se fueron a dormir nosotros entramos
en la biblioteca.
A las once,
oímos un extraño ruido que provenía de la sala de profesores. Seguimos contando
historias de miedo sin temor a lo que hubiera fuera. Nos pasamos toda la noche
allí. Cuando estábamos dispuestos a dormir sonó el mismo ruido que había sonado
anteriormente, pero esta vez más fuerte. Con incertidumbre, nos dirigimos en
grupos a investigar el Colegio. Unos fueron a inspeccionar las clases, otros el
patio, a secretaría…Como no encontrábamos nada raro, decidimos volver a nuestro
punto de partida: la biblioteca.
Decidimos
irnos a dormir, pero al minuto, una niña gritaba aterrorizada:
-“¡He…he
visto una sombra que venía hacia nosotros, pero al dar la voz ha salido
corriendo!”.
Nadie la
creía. Pero… por si acaso íbamos rotando haciendo guardia. Al encender la luz
vimos que faltaba algo de la biblioteca, eran los tableros de ajedrez. Quién
fuera los necesitaba para algo. Miguel despertó a todo el mundo. Al mirar por
la ventana vimos una fría y lúgubre figura apoyada en el columpio, hacía un
chirriante sonido que daba más temor a la noche. Al volvernos para preguntar a
nuestra profesora qué hacía ese extraño en el patio, nos dimos cuenta de que
había desaparecido. Al estar mirando por la ventana, había venido el cómplice y
se la había llevado. En una estantería, encontramos un teléfono antiguo por el
que Pilar tuvo la idea de llamar a la policía, pero habían cortado la línea.
A la mañana
siguiente, encontramos a nuestra profesora en un armario atada. Nos dijo que la
habían secuestrado antiguos profesores del Colegio. Y que necesitaban los
tableros de ajedrez para resolver un enigma del colegio que sólo se podía
resolver las noches de “Halloween”. Nos pusimos en marcha a buscar los siete
tableros que habían cogido. E n la puerta de la biblioteca había una carta
pegada en la que ponía que si
encontrábamos todos los tableros antes de las 3 de la madrugada si no el Colegio
se destruiría. Salimos a buscarlos, y encontramos uno escondido en un arbusto
del patio, otro en el despacho del director, el tercero en la clase de 1ºE.S.O
B metido en un pupitre. Al cuarto lo encontramos en los baños encima de la
cisterna donde sólo alcanzaba Luis. El siguiente estaba en la sala de profesores
escondido en el armario.A los dos últimos no los encontrábamos. Una niña dijo:¡aquí,
aquí! El penúltimo estaba en el laboratorio de ciencias enganchado al
esqueleto. Eran las 3 menos cuarto y todavía nos quedaba uno. Finalmente,
estaba en la sala de audiovisuales escondido detrás de la pantalla. Eran las 3
menos cinco teníamos que hallar el enigma. En la casilla h2, había una letra
pequeñita en cada tablero y decía: “PRIMERO “.Nos dirigimos a primero de
primaria y allí nos encontramos a los antiguos profesores, al verlos, rápidamente
salimos del colegio y nos dirigimos a comisaría. Allí no nos creyeron, pero al
venir Modes sí lo hicieron.
Buscaron a
los secuestradores y los detuvieron de inmediato. No volvimos a quedarnos por
la noche en el Colegio.
Álvaro Nevado
3
4
Un grupo de amigos fuimos a la biblioteca
del Colegio el día de “Halloween “por la noche. Nos lo estábamos pasando muy
bien corriendo, jugando, utilizando el ordenador...Cuando de pronto, las luces
se apagaron. Empezamos a oír muchos gritos, golpes y chirridos. Bloqueamos la
puerta para que no entrase nada ni nadie. Nos quedamos quietos, sin mover ni un
solo músculo, y callados. Escuchamos una voz grave y distorsionada que nos
decía: “Abrid la puerta o la echaré abajo de un golpe” Vimos su silueta por
debajo de esta, era alto y muy gordo. Volvió la luz y nos encontramos en frente
de la ventana una estatua de un ángel desollado y con cara de asombro. Nos
asustamos mucho al verla pero enseguida se nos pasó el miedo. Lo estuvimos
observando mucho tiempo hasta que nos dimos cuenta de que no era una estatua,
sino una especie de cofre en el que había un papel, una llave y una palanca. En
el papel había escrito un acertijo en una lengua desconocida que no pudimos
resolver. La palanca la utilizamos para romper unas ventanas para escapar. Pero fuera estaba aquel hombre y nos
estaba vigilando. Desde allí nos dijo que le diésemos el ángel. Le dijimos que
no y empezó a escalar para poder entrar por la ventana. Derribamos unas cuantas
estanterías para tapiar las ventanas. Una vez ya a salvo vimos que en una de
las estanterías había una cerradura.
Introdujimos la llave y se abrió la parte de atrás. Dentro encontramos una caja
fuerte y la abrimos con la palanca. Había un libro en el que aparecían los
mismos caracteres que en el papel. Desciframos el papel y ponía que para
derrotar al hombre tan malo solo había que cortar la cabeza al ángel con un
serrucho de hierro oxidado y untado en sal. Nos pusimos a pensar dónde
podríamos encontrar un serrucho de hierro oxidado ya que la sal ya sabíamos que
estaba en la cocina. Salimos de la biblioteca con la palanca y un trozo de
madera. Con mucha cautela llegamos en silencio a la cocina y cogimos la sal,
pero el hombre nos encontró y salimos corriendo. Le partimos la tabla de madera
en la cabeza y cayó inconsciente. Regresamos a la biblioteca con el corazón a
mil por hora y nos pusimos a descansar. Al cabo de un rato averiguamos dónde
podíamos conseguir el serrucho. Fuimos al almacén del jardinero que estaba en
la otra punta del Colegio y eso nos exponía al peligro. Buscamos por todas
partes, pero no lo encontramos hasta que miramos debajo de un montón de cajas
llenas de herramientas. Nos volvimos a encontrar con el hombre pero esta vez
nos capturó. Nos llevó a un sótano que desconocíamos y nos encerró en una
jaula. Estaba preparando una especie de ritual con fuego. Allí dentro debíamos
de estar a muchos grados. Hacía tanto calor que se derritieron los barrotes y
nos fugamos sin que se diese cuenta. Una vez en la biblioteca, llenamos de sal
el serrucho pero esta no se quedaba pegada,
así que buscamos en internet cómo hacerlo. Después de varios intentos
fallidos dimos con una web sobre casos y encontramos algo que decía que aquel
hombre se llamaba “El inquilino del ángel” y que para destruirlo había que
echar la sal sobre el serrucho, quemarlo y rociar agua. Echamos la sal y con un
montón de tablas de madera hicimos la base. Cogimos alcohol del botiquín y con
un mechero que encontramos en un cajón prendimos la madera y quemamos el
serrucho. Solo nos quedaba el agua pero no había, así que, miramos por la ventana y el cielo se
estaba llenando de nubes. Todos rezábamos para
que cayesen unas pocas gotas y al final empezó a llover. Empapamos el serrucho y salió mucho humo, eso alertó al
inquilino y se dirigió hacia la biblioteca. Empezamos a cortarle la cabeza al
ángel, y de repente, el inquilino derribó la puerta. Unos cuantos forcejearon
con él para conseguir más tiempo, mientras que los demás conseguimos cortarle
la cabeza.. El inquilino se empezó a
evaporar hasta que desapareció y
todos los destrozos del Colegio con él. Llegamos a nuestras casas y no
supimos más de lo sucedido.
Carlos Navarro Morán
4
El día de “Halloween”
todos los niños del Colegio “La Asunción” se disfrazan y llaman a todas las
clases diciendo “¿truco o trato?”.
Una vez un grupo de amigos, por confusión,
llamaron a la biblioteca sin querer y se quedaron sin habla. No se podían ir
por si había alguien; simplemente esperaron por educación. De repente, se abrió
la puerta y dijeron – “¿truco o trato?”, pero al otro lado no había nadie. Los
niños, asustados, salieron corriendo hasta llegar fuera del Colegio. Una parte
de estos se imaginó que la puerta se había abierto sola, por el aire, pero la
otra mitad del grupo era creyente, creyente en los espíritus y en los
fantasmas. Muchos de ellos querían volver para averiguarlo, pero los más
cobardes se fueron a sus casas.
Los que se quedaron decidieron no separarse,
excepto si era muy necesario. Al llegar a la puerta no sabían qué hacer, si
llamar o abrir directamente; el más espabilado, sin permiso de nadie, abrió sin
más; por lo que el resto se enfadó un poco, pero ya daba igual, no se podía
rebobinar.
Allí no había ni un alma pero, de repente, se
escuchó algo. - ¡Es un libro que se ha caído de una estantería!, dijo Andrea y
todos fueron a echar un vistazo. Alejandro vio que el libro estaba abierto y
casualmente salía la foto de un fantasma y en pie de foto ponía: Han visto un
fantasma en la biblioteca del Colegio “La Asunción”. De repente, suena un ruido
y los niños miran hacia atrás y todos empiezan a chillar. A los diez segundos
ven una silueta muy cerca y no saben qué hacer. Empiezan a sonar muchos ruidos,
se estaban cayendo muchos de los libros de la biblioteca y raramente todos
tenían el mismos artículo a la vista: “ La Asunción” Han visto un fantasma en
la biblioteca del colegio. Empiezan a chirriar las ventanas, suenan más libros
cayéndose y, finalmente, aparece una silueta con la forma de la muerte. Todos echan
a correr pero uno de ellos tiene el valor de mirar hacia atrás y con todas sus
fuerzas chilla:- “¡correr más, correr más, que nos pisa los talones!”.
Los niños se distribuyeron por todo el Colegio
rompiendo así su trato. Se escondieron en los servicios, en las papeleras, en
el pabellón, en los armarios…
Cuando pasó una hora, a todos los habían
capturado y estaban de vuelta en la biblioteca. La biblioteca estaba patas
arriba, los niños estaban todos atados de pies para que no pudieran escapar. La
silueta se quitó la máscara y empezó a hablar: - “Hola soy un monstruo con
muchos siglos y solo me quedan unos pocos años de vida, quería morir sabiendo
que había matado a un grupo de niños que había osado entrar en mi biblioteca. Hace
muchos años esta biblioteca era bonita, colorida y con mucha gente pero un día,
el de “Halloween” de 1988, un grupo de niños entró y rompió todos los libros,
simplemente porque odiaban la lectura. Desde ese día juré que esta biblioteca
era mía y que nadie volvería a entrar, excepto yo.
Entonces, aparecisteis vosotros esta misma noche,
y sin permiso, os adentrasteis en ella a investigar lo sucedido, por eso os
dejaré pudriros aquí y si alguien os descubre y os deja libre, esperaré a que
vuestros cuerpos mueran y vuestros espíritus alcancen la vida eterna, entonces
quedareis atrapados en una sala toda la eternidad y si se lo decís a alguien
antes podéis llegar a tener una muerte repentina”.
Todos los niños estaban temblando y echándole
la culpa al niño que osó abrir la puerta sin el consentimiento de sus
compañeros. El pobre estaba muy avergonzado de lo que había hecho. Ahora no
sabía qué hacer, le dijo al señor muerte que le condenara solo a él pero no le
hizo ni caso. Él contesto: - “No, os condenaré a todos porque todos habéis
entrado en mi biblioteca y todos sois culpables”.
Pilar, que era muy sensata, le dijo: -“Señor,
por favor, perdónanos y por el resto de nuestros días le dedicaremos una hora a
su biblioteca pero no sólo yo, sino todos y no sólo a leer libros y estar con
el ordenador, sino a limpiarla, a ordenarla y a cuidarla para que el resto de
sus días, hasta que muramos, esté como nueva ¿le parece a usted bien?”.
Él contestó que no, que el daño ya estaba hecho.
Los niños al morir uno detrás de otro estuvieron toda su vida de espíritus allí
encerrados y preguntándose una y otra vez el por qué estamos en esta maldita
biblioteca… ha sido nuestro mayor error.
María
Méndez Díaz.
5
Miguel
Ángel Sevilla Martín
5
-Era
media noche y estábamos en la biblioteca del Colegio, dibujamos un círculo en
el suelo con una estrella dentro, nos cogimos todos de la mano y convocamos a
los espíritus, pero no vimos nada y nos fuimos, pero cuando cerramos la puerta
un ruido extraño sonó, como si fuera una presencia, abrimos la puerta y varios
espíritus estaban saliendo del dibujo. Corrimos sin parar a escondernos por el
Colegio. Pilar se
escondió en el laboratorio, Pedro en la clase de 1º de la E.S.O. B junto con
Álvaro Nevado, y Javier Pavón, y yo en el pabellón abandonado.
Yo cogí
el libro de los secretos donde ponía cómo encerrar a un espíritu, el libro
decía que teníamos que preparar una poción donde teníamos que encontrar: ajo,
agua, papel de un cuarto de baño, una hoja de un libro, y por último un diente
humano.
Llamé a
todos las personas que estábamos en el Colegio y les dije que fueran al comedor
en diez minutos. En diez minutos estábamos todos allí y les dije a Pedro y a
Pilar que cogiesen ajo, y agua y que en veinte minutos estuvieran en el cuarto
de baño, mientras nosotros íbamos a la biblioteca a por hojas para el conjuro.
En
veinte minutos estuvimos todos en la clase de 1º de la E.S.O. B para hacer el
conjuro, pero de repente Pilar se dio cuenta de que nos faltaba algo, miramos
en el libro y… ¡ nos faltaba el diente¡ De repente, los espíritus nos
encontraron, tuvimos que saltar por la ventana
y en un descuido Pedro tropezó; al poner el pie en el suelo se le calló
la poción, corrimos desesperados, sin rumbo a dónde ir, con las lágrimas en los
ojos viendo a nuestra muerte.
Nos
volvimos a esconder en secretaría para que no nos encontrasen, rezando
estábamos todos para que nos librase.
En un
acto desafortunado Pedro estornudó con fuerza, y los espíritus lo escucharon,
vinieron, y justo cuando vinieron a comernos sonó el despertador para ir a otro
día de Colegio.
5
Iba a ser la noche de Halloween el día 31
de Octubre de 2013, los alumnos del Colegio deseábamos hacer una fiesta, con
sus disfraces y máscaras, pero en clase no podíamos ,con lo cual en el recreo
nos quedamos unos cuantos niños en la biblioteca e íbamos preparando todo lo necesario. Tres días antes, quedamos cinco niños de
cada clase, elegidos en un sorteo, en la puerta de una tienda para comprar todos los
preparativos.
Cuando nos habíamos gastado el dinero que
nuestros padres nos dieron, nos repartimos el material ,y regresamos a
casa. Al día siguiente, quedamos en la biblioteca
y empezó la tarea. Cada grupo hacía un trabajo; unos máscaras, otros disfraces, otros pelucas etc. Todos participamos, los mayores hicieron circuitos con luces de colores intermitentes, y los más pequeños ,murales para decorar el
patio.
El día 31 por la mañana estaba casi todo
acabado, y de repente, un niño se
acordó de que no teníamos ninguna calabaza,
pero no había tiempo porque el recreo se acababa y tuvimos que quedar por la tarde.
A las cinco, cuando regresamos a la biblioteca para terminar, había una
sorpresa ¡los libros se habían convertido
en calabazas! Por tanto, ya estaba todo preparado.
¡Tenemos un problema! comentó un compañero. Está lloviendo y en el patio nos mojaremos. ¿ Pedimos permiso a los
profesores para hacer la fiesta en alguna clase? Pero no íbamos a caber todos.
Bueno intentaremos pasarlo bien.
Quedamos a las nueve en la puerta del Colegio,
pero llovía mucho. Cuando llegamos, teníamos una gran sorpresa,
nos estaba esperando la Directora en la puerta y nos dijo: “ acompañadme”.
Íbamos detrás de ella y nos llevó hasta el pabellón y allí había una gran
fiesta, con música, patatas, bebidas y estaba adornado con todo lo preparado en la biblioteca. Creo que no olvidaremos esta fiesta nunca.
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